domingo, 25 de octubre de 2015

Mocos, Nick Cave y Foucault


Estaba yo lavando a mano unos pañuelos de los mocos, me preguntaréis que en qué siglo vivo, pero es así, uso pañuelos de tela para sonarme los mocos, menos cuándo tengo litros de mocos que entonces los uso de papel. Lo de lavarlos a mano es otra historia que ahora no viene a cuento, porque habitualmente van a la lavadora. Soy antigua pero tengo lavadora, jeje!
El asunto es otro del que me acordé mientras frotaba los pañuelos bajo el agua, así funciona la memoria, como la famosa magdalena de Proust.
Hace años fuimos a ver a Nick Cave una amiga, un novio que tenía yo por aquél entonces y yo.
Fuimos hacia el concierto con tiempo y cerca de allí nos metimos en un bar para empezar a celebrar el gran evento. Allí conocimos a una chica y allí yo, delante de ella, saqué mi bonito (seguro que era bonito) pañuelo de tela para limpiarme los mocos. Es un defecto mío, siempre tengo mocos, sobre todo por la mañana.  La mujer, que era muy elegante y a mi me parecía que tenía mucho estilo, se sorprendió de mi complemento hoy casi en desuso y me dijo: "usar pañuelo de tela es síntoma de distinción, lo dijo Foucault". No sé si esto será verdad o no, nunca lo corroboré, tampoco he leído mucho a Foucault que digamos. Bien, rápidamente mi amiga y el por entonces mi novio sacaron del bolsillo sus respectivos pañuelos de tela. Al parecer los tres éramos distinguidos y ella le encantó porque se quedó con nosotros dos días.
Unos creerán que es signo de distinción, otros, ya me lo han dicho, les parece una guarrada lo que ven como guardar los mocos en el bolsillo.
Pues yo voy con mis mocos en el bolsillo y no me va tan mal.
Reivindico el uso de pañuelos de tela para sonarse los mocos. ¡Abajo el kleenex! ¡Viva la tela! 
No creo que aquel fuera el mejor concierto de Nick Cave, aunque lo pasé bien. Yo viendo y escuchando a Nick Cave siempre lo paso bien. Tengo el recuerdo de contar muchos, muchísimos bigotes entre el público y muchas americanas, todos íbamos muy elegantes para ver a la estrella,¡qué menos! Pensando en la gente con bigote,  creo que es una buena idea que llevaran siempre con ellos buenos pañuelos de tela para limpiarse los mocos que les puedan quedar pegados en los pelos del bigote o cualquier otro resto de comida, bebida o de lo que sea.
Mis amigas y mi madre sobre todo, me regalan de vez en cuándo pañuelos de tela. Los tengo con dibujos de mariquitas, con flores, con lunares, con muñequitos, de cuadros, rojos, verdes, naranjas y verdes. En fin, un variadito.
Suelo perderlos, por eso siempre ando a la búsqueda de pañuelos de los mocos bonitos. En Azores encontré tres pañuelos preciosos en una mercería antigua de esas que ya casi no quedan y ayer, paseando por un rastro me vine para casa con cuatro o cinco.
Me ocurre además últimamente que tengo un sueño recurrente con este tema, sueño que entro en mercerías antiguas, en principio no sé muy bien a qué voy, qué quiero, pero siempre acabo comprando pañuelos de tela. Entonces puedo decir que en Azores se me hizo un sueño realidad, no vi ballenas pero me compré pañuelos de tela en una mercería antigua con mucha solera.
 Volviendo a Cave. Ese día lo encontré mayor y muy teñido, eso si, el traje le quedaba impecable como siempre, no engorda un carajo y se le veía en forma bailando. Los ídolos de la juventud también envejecen. 
¡Larga vida a Nick Cave!
De Foucault no soy tan fan (ser fan de Foucault requiere mucho más esfuerzo) y además hace años que está criando malvas.

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